¿Qué?
Me resisto a cambiar... sabiendo aún que no hay otra alternativa que hacerlo. Me resisto a cerrar la puerta, sabiendo aún que el viento se encargó de golpearla, abrirla y cerrarla incontables veces. Me resisto a aceptar el gran puente que hay entre lo que soy y lo que realmente se ve, sabiendo aún que mi verdadero yo es el primero y mucho mejor por cierto. Me resisto a olvidar las cosas lindas del pasado, inviolables, valoradas quizás de manera extrema, sabiendo aún que pertecen a un pretérito pluscuamperfecto hiriente y cegador.
Me entrego a lo que viene con ilusión y algo expectante, pero ésto es lo que más rápido se me está yendo de las manos. La ilusión desvanece y la expectativa se diluye cada vez que mis sueños me cuentan sus locuras.
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